jueves, 1 de diciembre de 2011

Y con un fitito rojo.

Y así, después de años de soñarlo, años de vivirlo por las noches, años de pensarlo, dan los primeros pasos en ese camino que los llevaría hacia eso, sus sueños. ¿O acaso el sueño es el camino? Sea lo que sea, eran ya capaces de cumplirlo. Que sentimiento tan profundo, el sentirse propios de su destino, el sentirse libres para cumplir sus sueños. El mundo los esta esperando, el mundo es de ellos, el mundo esta ahí para quienes lo quieren.

Los requisitos no eran pocos pero, ¿quien sueña con poco?. Para qué soñar con tan poco pudiendo soñarlo todo, imaginarlo todo, desearlo. Quien se conforma con poco, poco vive.

Sentimientos encontrados como nunca antes. La emoción de realmente vivir lo que tanto vivieron en sus mentes. La adrenalina al pensar en ser dueños de sus destinos. Los nervios ante la idea de que el camino no estaría sino, plagado de obstáculos. Miedo ante la posibilidad de que no se cumplan sus expectativas, pues, nunca las cosas brillan tanto como brillan en nuestra imaginación ni con los mismos colores.

Ante ellos tenían una ruta sin fin que podría llevarlos a donde quisieran. Pudieron verse en ella, y así dieron el paso. Vivirían basándose solo en sus deseos, en los más profundos . Dándole el gusto al cuerpo y al alma. Dejando que estos dejaran de lado a las expectativas sociales. Vivirían sin tiempo. Solos ellos con el mundo, solos ellos consigo mismos. Sin las manos de la sociedad para guiarlos. Ellos, sus cuerpos y sus deseos, esperando para ser cumplidos.

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