domingo, 21 de noviembre de 2010

Tuve un sueño. De pie, como hipnotizada por la luz, encerrada en mi mente, girando en el tornado de pensamientos. Por primera vez podía ver lo que había pasado, lo que había hecho. Me había mentido tanto. Y de repente, el calor de tu cuerpo cerca mio. La suavidad de tus labios en mi cuello. Despacio. Escalofríos y esa electricidad en todo el cuerpo. De nuevo, seguía sin hacer nada. Era más fuerte que todo. Me desperté.

Nunca tuve buena memoria.

Estoy pensando en llevar un diario. Quizás, cuando estas cosas pasan, podría acudir a el y recordar aquellos sentimientos y detalles que me son necesarios. Los verdaderos, los que senti en el momento exacto y no los que me dan los recuerdos. No puedo confiar en mi memoria, mi mente la modifica para que sea como quiero que sea en este momento. Mis sentidos me engañan o, mejor dicho, yo me engaño. Quiero sentir que es eso y hago que mi mente me lo diga.